martes, 22 de junio de 2010

Allá en la 12

Cada vez se afianza más el laburo en el barrio 12 de octubre, y cada vez son más las esperanzas de que la cosa, en esa manzana y media que constituye una villa, cambie para mejor. No hay violencia ni represión que alteren el clima de respeto, cuidado y paciencia que se vive allá adentro. No existen, en ese espacio, los sueños frustrados.

Y aunque todos los días pase y mire y pare y provoque ese maldito patrullero, que parece que quisiera comprobar que les enseñamos bien a multiplicar y a dividir, las actividades siguen andando su rumbo. Los chicos que no tienen tarea vienen a pintar, a leerse cuentos, a llenar la plancha de corcho con sus dibujos y mensajes.

Los chicos que terminan la tarea, a veces agarran los tachos que los sábados usa el taller de murga y salen a improvisar/practicar un poco a la calle. ¿Y qué ruidos van a ser molestos cuando los ves radiantes de felicidad y orgullosos de sus expresiones artísticas? ¿Qué mal pueden hacer esos chicos que son parados de forma constante por la policía si devuelven todos los tachos y palillos intactos sin que nadie los ande controlando, de la misma forma que la bici que les presta algún que otro compañero?

Y parece que la foto de Luciano enmarcada en la biblioteca, con esa sonrisa radiante que (aseguran los que lo conocieron) lo caracterizaba; parece que nos estuviera dando el ok para comenzar todos los días un día.

Y (¿seré ingenua?) no veo ningún mal en los ojos de esos chicos que saben que en "la casa de la mamá de Luciano" donde "enseñan los amigos de Luciano" las ganas de vivir constituyen el único requisito. Chicos a los que nadie les tiene que aclarar que nos tenemos que respetar porque es más que sabido que es un espacio de todos y los materiales son de todos, de la misma forma que los proyectos.

Qué bueno saber que las cosas van marchando bien.

viernes, 11 de junio de 2010

Tía MUNDIAL

A veces tardo mucho, señor, señora, en actualizar. Sabrá usted disculpar, pero cuando no se cae una idea, no se cae una idea, y no hay con qué darle.

Estuve pensando en esto del mundial y qué sé yo qué, claro, bueno, ahora me hago la desinteresada, porque esto y aquello. Pero siempre me van metiendo chispita de a poco. De hecho hoy en Pro&MI (Proyecto y Metodología de la Investigación), nadie escuchaba al pobre docente y nos íbamos contando el partido de Uruguay unos con otros, pasando la información de uno que escuchaba por la radio, eso me hizo un no sé qué.

Bué, poco y nada tengo para decir, claro, no voy a ser de los recalsitrantes que defenestran eventos como el mundial o el Bicentenario. Sólo digo, como dije en el Bicentenario; festejemos, y no por eso, olvidemos tooooooooooooodo lo demás.

Es como una especie de consejo, moraleja, recordatorio, como una de esas mosquitas que te zumban, o como tu mismísima madre. Hacé esto, pero no por hacer esto, dejes de hacer aquello. Ahora sí, pueden mirar el mundial con mucho entusiasmo, SI NO SE OLVIDAN, EH.


Buenos días Buenas tardes Buenas noches
Rosaura