lunes, 4 de julio de 2011

Aborto libre, legal, seguro y gratuito


Una vez más hablando del aborto me siento redundante, y sin embargo no me aburre. No me aburre porque son 500.000 las mujeres que por año se hacen un aborto, y son 500 las que por año mueren por abortos mal hechos. No me aburre porque conozco decenas de chicas que abortaron, que han sufrido la criminalización que sufre quien aborta y porque muchos varones y mujeres también la han sufrido en esa difícil tarea que es acompañar en su decisión a la/s mujere/s que aman.

No me aburre, porque pienso en lxs miles de mujeres y varones que criminalizan a quien aborta, sin comprender la dimensión que tiene una decisión tomada en tiempo y espacio, en contexto, en un sitio donde se sufre, en una vida que nos tocó vivir, que no elegimos, en una vida que ese niño o esa niña (aún sin serlo) no podrá vivir si no es renegando de su existencia, porque su mamá sufrió la suya propia en algún momento.

No me aburre pensar en que usted, señor, señora, deberá hacer un gran ejercicio de reflexión y familiarización con la lucha por la legalización para comprender que no saldremos corriendo las mujeres a abortar, que no dejaremos de usar anticonceptivos y tampoco lo haremos por deporte. Porque el aborto no nos gusta, porque el aborto no está bien, pero sepa usted, también, que no merecemos que nadie disponga sobre nuestros cuerpos, sepa que no merecemos que nadie elija cuándo, cómo ni con quién tenemos hijxs, más que nosotras mismas. Porque tampoco lo merecen nuestrxs hijxs.

Sepan que el debate que se viene no es poca cosa, sepan que la legalización del aborto no lo es, que la apropiación de esa legalización por parte de esta sociedad tampoco lo es. Sepan que no estamos preparadxs, y no lo estaremos nunca, porque el aborto no es nuestra lucha, nuestra lucha es la legalización.

Nuestro cuerpo no es mercancía, el de ustedes -sí, ustedes- tampoco. Y esa maravillosa consigna será verdad cuando dejemos de pagar por los cuerpos (en las publicidades, en la trata de personas, en la prostitución, en los empleos sexistas, y en todas las formas de violencia en las que una persona deja de ser eso, persona). Cada vez que alguien paga por ver el cuerpo de una mujer que no quiere ser vista, por tocarlo, usarlo, por maltratarlo, cada vez que pasa eso, hay alguien que está pagando también por ver mi cuerpo. Que lo está canjeando por otra cosa. Porque en eso me convierto, en una cosa.

Yo elijo cómo, cuándo y con quién me acuesto, quién me toca y quién es papá de mis hijos porque me gustan los varones. También puedo elegir quién es la mamá, también puedo y merezco elegir un montón de otras cosas más. También tengo derecho a elegir que quién sea mi compañero por mucho o poco tiempo, me trate bien.

Porque elijo sobre mi cuerpo, porque mi cuerpo es mío.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con muchas de tus ideas, ro, como por ejemplo que el cuerpo de la mujer no es mercancía (concepto que se produjo como consecuencia de siglos de machismo).
    Sin embargo, no coincido con el aborto. Entiendo perfectamente que "tu cuerpo es tuyo", pero eso no se aplica también a la persona que aún no nació? Tu cuerpo es tuyo, nadie discutiria eso, pero el cuerpo del bebé (al cual yo considero una persona, un ser humano) le pertenece a él.
    Es un debate difícil, desde luego, me preguntarás "¿qué pasa con las chicas violadas?" Buena pregunta, eso sí es un gran problema. Pero según números que leí, la mayor cantidad de abortos se las hacen adolescentes, que, ante el miedo de ser madre y no estar preparado para ello, deciden abortar. Mi planteamiento, entonces, es que antes de discutir sobre el aborto (repito, es tu cuerpo, pero también la vida de otra persona) es hablar de una ley de educación sexual, para que baje el número de embarazos adolescentes (¿sabías, por ejemplo,que más del 50 % de las embarazadas adolescentes vuelven a quedar embarazadas al poco tiempo?)
    En fin, es mi opinión nada más, el tema debe seguir debatiendose
    Un abrazo, q andes bien!

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