lunes, 16 de abril de 2012

Fragmento del libro Detrás de Luciano




Fragmento del libro Detrás de Luciano de Damián Piraino, integrante
de Familiares y Amigxs de Luciano Arruga y uno de los abogados de la causa.

(...)
CUANDO LA SANGRE SE HACE
MIEL
-¿Dónde hay un poco de sol?- me preguntó Luciano.
Fuimos entonces hasta la plaza aprovechando la hora de descanso en nuestra jornada laboral.
Allí, tirados en el pasto, me contó acerca de su padre.
Luciano, en el año 2007, había intentado escapar de toda esta locura. Me contó que veía que en el barrio la cosa se había puesto dura, que la policía los levantaba en todo momento y que a varios pibes del barrio los habían puesto entre la espada y la pared para que trabajen para ellos.
Luciano había tenido la suficiente lucidez como para querer salir.
 Viajó a Córdoba con la promesa de parte de su padre de que tendrìa garantizados sus estudios secundarios en un colegio industrial que era lo que siempre él había querido. Hizo su maleta y se fue. Le dolía dejar a su madre que era la única que lo había criado en todos estos años y a sus hermanos que habían compartido su dignidad en la pobreza; pero más le dolía verse inminentemente en peligro.
No resultó. No voy a contar lo que me contó Luciano por respeto a su familia, pero lo cierto era que con lo único con lo que podía contar el chico en éste mundo era con su madre y sus hermanos.
Y otra vez sin escapatoria, otra vez en el barrio.
Después no digan que no quiso salir, quiso y el mundo le volvió a escupir en la cara.
Y cuando después se grito sin razón alguna que Luciano no estaba desaparecido, que estaba en Córdoba con su padre, nosotros reímos. Sabíamos que Luciano no volvería allí ni por las tapas.
Pero lo de Córdoba no fue una cuestión menor, produjo un retardo de justicia de meses, lo siguió desapareciendo, hizo que la fiscal Cejas tenga que viajar hasta allí sabiendo que no estaba para descartar la hipótesis de un par de trasnochados que ahora van a tener que explicar
Lo concreto es que el padre de Luciano lo había abandonado desde el principio y luego se había ido a vivir a Córdoba. El único contacto de acercamiento legítimo que Luciano había tenido con su padre había sido en el 2007 y había resultado catastrófico.por qué dijeron que estaba en Córdoba y sin excusarse en el “se dice que”.
Por otro lado, ¿cómo se va a ir a Córdoba alguien que esa noche le había pedido a su madre 50 centavos para ir al ciber?
Porque Luciano era el muchacho de los 50 centavos. Mientras veía que algunos chicos del barrio llevaban ya zapatillas de 400 pesos gracias al favor policial, él se subía a su carro semidescalzo a cartonear por no querer entrar. Eso es dignidad, hijos de puta. Se llevaron 70 kilos de dignidad, inocencia y alegría. ¿Y qué hacen algunos? Lo condenan. Lo llaman delincuente y montan blogs para manchar su memoria.
No lo vamos a permitir, hasta acá llegó nuestra paciencia. De ahora en adelante piénsenlo dos veces antes de hacerlo.
(...)
Para conseguir el libro: dondeestaluciano@gmail.com o lombardolaura@hotmail.com

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