miércoles, 10 de octubre de 2012

Posadas


En el Encuentro Nacional de Mujeres había todo tipo de mujeres. Bajas, gordas, de pelo corto, violeta, verde y colorado, viejas y niñas. Algunas andaban con corpiños armados, otras sin corpiños, otras sin calzado. Algunas pelaron las tetas frente a los católicos en la catedral, y otras no. Había kirchneristas, de izquierda, de ultraderecha, católicas, radicales e indecisas. Había algunas que no hablaban con nadie y otras desconocidas que se prestaban el dentífrico y el peine.

En el Encuentro Nacional de Mujeres se discute a lo largo de tres instancias de taller que cada una elige. Este año había alrededor de 50 temáticas, y cada una se dividía en varias comisiones, porque éramos muchas mujeres. Los talleres que más comisiones tuvieron que abrir fueron trata y aborto. Se estima que cada comisión debería ser de alrededor de 30 mujeres, pero siempre son más. Se supone que una debería ir en la instancia del sábado y las dos instancias del domingo al mismo taller, pero yo soy de las que no cumple. Porque si de repente no me gustó la onda del debate del sábado no me voy a fumar ese taller todo el domingo, qué se pensaron. Entonces yo fui a Mujer y Trata de Personas en la apertura del debate, no me gustó y fui a Mujer, Impunidad y Poder en el cierre del debate y no me gustó y fui a Mujer y Derechos Humanos en la elaboración de las conclusiones, que me encantó.

Una tiene que escuchar cualquier cosa eh, en cualquier taller hay que escuchar cosas como que a una niña de 12 años nadie la obliga, o que quiénes son esos compañeros caídos durante el período kirchnerista, y también te podés comer el garrón de que te corra alguna católica con un palo gritando alguna locura, como le pasó a Mónica, una compañera.

La marcha del Encuentro es una cosa que no se ve nunca. No hay forma de explicar cómo hace hervir la sangre. Es a la catedral, marcha un movimiento de mujeres lleno de colores y con temitas súper pegadizos por el aborto legal y contra el patriarcado, la trata, la Iglesia y demás. Son unas 10 o 12 cuadras de marcha muy apretada sin parar un segundo de cantar y escrachando con pintadas todo lo que se pasa e invitando a las mujeres que escuchan a sumarse. A veces hay exabruptos como grupitos de católicos que se meten a darle alguna que otra piña a una compañera y salen corriendo y también disputas entre las organizaciones que marchamos. Cuando llegamos a la catedral nos encontramos con un grupito minoritario de personas que están haciendo un abrazo simbólico a la iglesia y rezando para que dios nos perdone a nosotras. Rezan el padre nuestro, el ave maría y no sé qué otras cosas y generalmente están protegidos por un cordón de policías. Pero vaya una a saber por qué este año no había ni un policía en la catedral. Y entonces fue una cosa más cuerpo a cuerpo que generó tensión de a ratos pero que también nos permitía invitarlos de a uno a cambiarse de bando y explicarles por qué. Comprobamos que no eran marcianos ni marcianas, que había bastante lacra por ahí pero que más de alguno y alguna estaría confundido, presionado, equivocado.

Cuando se llega a la catedral, algunas corajudas que no son yo se quedan en tetas, es algo así como una mística ya casi histórica de esa marcha. Tiene que ver un poco con dejar en evidencia la simpleza de ese gran pecado que es mostrarse como tenemos ganas de que nos vean, dejar de escondernos y taparnos y salir a tomar la calle. Claro que la gran mayoría estamos un toque más subjetivadas por la opresión del patriarcado y no mostramos una teta ni que nos pongan un fierro en la cabeza.

Después de esa marcha estamos todas muertas pero nos vamos a la peña, y el lunes ya se baraja y se da de nuevo. Lectura de conclusiones, votación del lugar del próximo año y chau encuentro. El año que viene es en San Juan, y quien les escribe no falta más a un encuentro ni aunque le paguen un millón de dólares. Hay ratos libres en los que todas nos contamos las discusiones de los talleres y nuestras historias de género más cerca del corazón.

Así es el Encuentro Nacional de Mujeres, así de cortito y así de intenso. Y nos volvemos a nuestras casas con un peso menos. Un poquito, a penas eso, un poquititititito más libres.

3 comentarios:

  1. sos linda!
    yo tampoco volví al primer taller, terminé yendo a trata y prostitución (título que se inventaron en el momento porque era uno o el otro) y estuvo buenísimo.
    pero ahora las extraño a todas!

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  2. JAJA. Esas irregularidades del Encuentro. Entonces ahí discutieron lo que hablamos después del primero? O sea la prostitución como trabajo o no?

    También extraño! Ayer estaba pensando que me colgue y no te dije que estás muy flaca. A ver si empezás a comer.

    Besos hermosa

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  3. see, entre otras cosas, pero el grupo era re lindo y se charló mucho.
    ¿yo flaca? soy así... y eso que en el encuentro comí harinas como para cubrirme durante todo lo que queda del año! jaja
    nos vemos prontito :)

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