En el Encuentro
Nacional de Mujeres había todo tipo de mujeres. Bajas, gordas, de pelo corto, violeta,
verde y colorado, viejas y niñas. Algunas andaban con corpiños armados, otras
sin corpiños, otras sin calzado. Algunas pelaron las tetas frente a los
católicos en la catedral, y otras no. Había kirchneristas, de izquierda, de
ultraderecha, católicas, radicales e indecisas. Había algunas que no hablaban
con nadie y otras desconocidas que se prestaban el dentífrico y el peine.
En el Encuentro
Nacional de Mujeres se discute a lo largo de tres instancias de taller que cada
una elige. Este año había alrededor de 50 temáticas, y cada una se dividía en
varias comisiones, porque éramos muchas mujeres. Los talleres que más
comisiones tuvieron que abrir fueron trata y aborto. Se estima que cada
comisión debería ser de alrededor de 30 mujeres, pero siempre son más. Se
supone que una debería ir en la instancia del sábado y las dos instancias del
domingo al mismo taller, pero yo soy de las que no cumple. Porque si de repente
no me gustó la onda del debate del sábado no me voy a fumar ese taller todo el
domingo, qué se pensaron. Entonces yo fui a Mujer y Trata de Personas en la
apertura del debate, no me gustó y fui a Mujer, Impunidad y Poder en el cierre
del debate y no me gustó y fui a Mujer y Derechos Humanos en la elaboración de
las conclusiones, que me encantó.
Una tiene que
escuchar cualquier cosa eh, en cualquier taller hay que escuchar cosas como que
a una niña de 12 años nadie la obliga, o que quiénes son esos compañeros caídos
durante el período kirchnerista, y también te podés comer el garrón de que te
corra alguna católica con un palo gritando alguna locura, como le pasó a
Mónica, una compañera.
La marcha del
Encuentro es una cosa que no se ve nunca. No hay forma de explicar cómo hace
hervir la sangre. Es a la catedral, marcha un movimiento de mujeres lleno de
colores y con temitas súper pegadizos por el aborto legal y contra el patriarcado,
la trata, la Iglesia y demás. Son unas 10 o 12 cuadras de marcha muy apretada
sin parar un segundo de cantar y escrachando con pintadas todo lo que se pasa e
invitando a las mujeres que escuchan a sumarse. A veces hay exabruptos como
grupitos de católicos que se meten a darle alguna que otra piña a una compañera
y salen corriendo y también disputas entre las organizaciones que marchamos.
Cuando llegamos a la catedral nos encontramos con un grupito minoritario de
personas que están haciendo un abrazo simbólico a la iglesia y rezando para que
dios nos perdone a nosotras. Rezan el padre nuestro, el ave maría y no sé qué
otras cosas y generalmente están protegidos por un cordón de policías. Pero
vaya una a saber por qué este año no había ni un policía en la catedral. Y
entonces fue una cosa más cuerpo a cuerpo que generó tensión de a ratos pero que
también nos permitía invitarlos de a uno a cambiarse de bando y explicarles por
qué. Comprobamos que no eran marcianos ni marcianas, que había bastante lacra
por ahí pero que más de alguno y alguna estaría confundido, presionado,
equivocado.
Cuando se llega a
la catedral, algunas corajudas que no son yo se quedan en tetas, es algo así
como una mística ya casi histórica de esa marcha. Tiene que ver un poco con
dejar en evidencia la simpleza de ese gran pecado que es mostrarse como tenemos
ganas de que nos vean, dejar de escondernos y taparnos y salir a tomar la calle.
Claro que la gran mayoría estamos un toque más subjetivadas por la opresión del
patriarcado y no mostramos una teta ni que nos pongan un fierro en la cabeza.
Después de esa
marcha estamos todas muertas pero nos vamos a la peña, y el lunes ya se baraja
y se da de nuevo. Lectura de conclusiones, votación del lugar del próximo año y
chau encuentro. El año que viene es en San Juan, y quien les escribe no falta
más a un encuentro ni aunque le paguen un millón de dólares. Hay ratos libres en
los que todas nos contamos las discusiones de los talleres y nuestras historias
de género más cerca del corazón.
Así es el Encuentro
Nacional de Mujeres, así de cortito y así de intenso. Y nos volvemos a nuestras
casas con un peso menos. Un poquito, a penas eso, un poquititititito más
libres.
sos linda!
ResponderEliminaryo tampoco volví al primer taller, terminé yendo a trata y prostitución (título que se inventaron en el momento porque era uno o el otro) y estuvo buenísimo.
pero ahora las extraño a todas!
JAJA. Esas irregularidades del Encuentro. Entonces ahí discutieron lo que hablamos después del primero? O sea la prostitución como trabajo o no?
ResponderEliminarTambién extraño! Ayer estaba pensando que me colgue y no te dije que estás muy flaca. A ver si empezás a comer.
Besos hermosa
see, entre otras cosas, pero el grupo era re lindo y se charló mucho.
ResponderEliminar¿yo flaca? soy así... y eso que en el encuentro comí harinas como para cubrirme durante todo lo que queda del año! jaja
nos vemos prontito :)